Max, el renovado servicio que sustituirá a HBO Max, ha anunciado una nueva serie creada junto a Leticia Dolera, Se trata de 'Pubertad', un drama familiar que explora el peso del tabú y la herencia psicológica transmitidos de generación en generación. Dolera dirige y protagoniza esta serie de seis episodios, que se estrenará en 2025 en Max, antes de su llegada en abierto de la mano de 3Cat.
Ambientada en pleno verano y en el contexto cultural de la tradición castellera catalana, 'Pubertad' se rodará en localizaciones de Cataluña este verano. La serie arranca cuando la armonía de una comunidad se ve truncada por una denuncia de agresión sexual en redes sociales que apunta a tres adolescentes como culpables.
Los adultos a cargo de los señalados, como agresores y como víctima, tendrán que lidiar con la tensión de la situación y enfrentarse a su propia relación con la sexualidad. En el proceso descubrirán que quizá no solo las tradiciones pasan de generación en generación, sino también los tabúes y los traumas.
La serie cuestiona si un niño de 13 años puede ser un agresor sexual y, si lo fuera, de quién sería la responsabilidad: del niño, de la familia o de la sociedad. A su vez, la historia explora las relaciones paterno-filiales y como estas, queramos o no, también nos constituyen.
"En la pubertad, la sexualidad y los cambios en nuestro cuerpo nos atraviesan y nos hacen vulnerables. En un contexto social donde por un lado se pornifica y cosifica todo y por otro el sexo y la intimidad siguen siendo un tabú, ¿cómo se aproximan los adolescentes a algo tan íntimo y radical como es la sexualidad? ¿Cómo lo hacemos nosotros, los adultos? ¿Estamos preparados para acompañarlos? Por eso he escrito 'Pubertad', para compartir todas estas inquietudes e intentar arrojar algo de luz sobre este tema", ha explicado Leticia Dolera.
"Para narrar esta historia he elegido la fuerza visual y metafórica de la tradición castellera. 'Pubertad' habla del legado entre generaciones, entre padres y madres y sus hijos e hijas, tanto a nivel cultural, como emocional o psicológico; también de cómo la tradición y el progreso conviven hoy con cierta tensión. Por eso me parecía que el contexto de la cultura popular era un terreno fértil e idóneo para la serie", añade.
"Además del esfuerzo en equipo y de lo simbólico y catártico de un castell, me atrajo para la historia, la naturalización del contacto con el cuerpo a la hora de realizar un castell. El cuerpo visto como algo a integrar y no algo a temer, esconder o de lo que avergonzarse. Creo que, en definitiva, una colla castellera es como una pequeña sociedad, a nivel humano y político, es un espejo donde mirarnos", concluye Leticia Dolera.