Casi doce años después del final de ‘La pecera de Eva’, Telecinco recupera un género en sí mismo como es el de las series diarias, con la llegada de ‘Mía es la venganza’. Después de varias semanas de intensa promoción, la nueva ficción producida por Alea Media aterriza el próximo lunes 12 de junio a las 15:45h en el canal principal de Mediaset España, en la franja de ‘Sálvame Limón’.
Y es que, pese al auge de las series diarias en los últimos años, Telecinco llevaba más de una década sin contar con ninguna de producción propia en su parrilla. Muchos aún recordarán títulos exitosos como ‘Yo soy Bea’, ‘Camera Café’ o la anteriormente mencionada ‘La pecera de Eva’.
La hegemonía de ‘Sálvame’ en las tardes y la presencia de realities en otras franjas como el access imposibilitaban desde hace años que hubiera un hueco para una ficción de este tipo. Ahora, la cancelación del talk show de La fábrica de la tele le ha abierto un camino para poder ver la luz. No lo tendrá nada fácil, eso sí.
Sonia Hidalgo, una mujer empoderada
Creada por Aurora Guerra, la serie tiene como escenario principal las instalaciones de un exclusivo club deportivo, Los Olivos. Su propietaria es Sonia Hidalgo (Lydia Bosch), una mujer poderosa y enérgica perseguida por una terrible tragedia del pasado, que le tocó vivir junto a su hija Olivia (Natalia Rodríguez), en la actualidad CEO del club deportivo. En el camino de ambas se cruzará Mario (José Sospedra), un joven a quien aquella desgracia cambió la vida para siempre y que ahora regresa con ansias de venganza.
La serie mezcla en sus tramas amor, pasión, venganza, secretos inconfesables y misterios y aborda temáticas contemporáneas, como el empoderamiento de la mujer y la diversidad.
Completan el elenco otros nombres como Armando del Río, Ibrahim Al Shami, Elena Furiase, David Muro, José Ángel Trigo, María Ramos, Claudio de la Torre y Begoña Maestre. Esta última interpreta al personaje de Lydia Bosch hace 20 años, lo que supone además un bonito guiño para los seguidores de ‘Motivos Personales’, donde ambas fueron madre e hija (Natalia Nadal y Tania Acosta) durante las dos temporadas que duró la inolvidable ficción de suspense e intriga, emitida en 2005.
En ‘Mía es la venganza’ encontramos el planteamiento clásico que tendría un culebrón al uso: un terrible acontecimiento del pasado y una venganza en ciernes que se fragua varios años después. Conviene dejar claro que lo de culebrón se dice con todo el respeto y sin mirar por encima del hombro a otros géneros. Y es que todos, absolutamente todos los amantes de las series nos hemos enganchado en algún momento a alguno (y lo hemos disfrutado como el que más).
El punto de partida de la trama es interesante y deja los cimientos de lo que será esta serie diaria: una traumática historia que afecta a una poderosa empresaria (y encima interpretada por Lydia Bosch, ¿cómo no vamos a querer verla?) y un joven que se infiltra en su exclusivo club deportivo para tratar de cobrarse su venganza. Sin embargo, pese a que sobre el papel suena bien e incluso prometedor, pronto empieza a derrumbarse cuando pasamos a la ejecución.
Diálogos y actuaciones muy mejorables
Y es que dejando en el pedestal que merece a la inmensa Lydia Bosch, el resto de la serie hace aguas. Empezando por el personaje de Mario (José Sospedra), cuya llegada es demasiado rápida, forzada e inverosímil, así como la mayoría de los actos que lleva a cabo en este primer episodio. Su primera aparición es, por cierto, sin camiseta. Toda una declaración de intenciones.
A lo largo de las semanas de promoción, han circulado varias escenas de la serie (especialmente una con estiércol de por medio) que nos hacían temer lo peor. Desgraciadamente hemos podido confirmar que no estaban descontextualizadas. También encontramos secuencias en las que se intenta dar un alivio cómico entre tanto drama, algo que igualmente resulta fallido y mal ejecutado.
La exigencia de una serie diaria hace que el ritmo de rodaje tenga que ser trepidante, similar al de una cadena de montaje. Muchas secuencias se tienen que grabar a tirada única porque no hay tiempo material para estar repitiendo tomas ni doblar diálogos. Y eso se nota. En ocasiones cuesta entender la dicción de la mayoría de los actores. Se salva Armando del Río, gran actor de reparto que aquí vuelve a cumplir con nota.
Precisamente la calidad de los diálogos, bastante flojos e insustanciales, es otro de los grandes debes de la serie. Hay incluso intentos por colar referencias actuales, como por ejemplo a Rosalía, que sacan una sonrisa de puro rubor en mitad de una escena.
Otra oportunidad perdida para Telecinco
‘Mía es la venganza’ también era una oportunidad para que Telecinco demostrara que puede recuperar con éxito el género de las series diarias e intentar ponerse a nivel de factura a la altura de TVE con ‘La Promesa’ y ‘4 Estrellas’ o Antena 3 con ‘Amar es para siempre’. Fail total. Escenas mal iluminadas, decorados de cartón piedra, cromas cantosos... Y todo esto en el primer episodio, cuando se supone que deben tirar un poco más la casa por la ventana en cuanto a presupuesto.
En definitiva, si ‘Mía es la venganza’ ya lo tenía complicado para destacar a nivel de audiencias, después del traumático final de ‘Sálvame’ y el disgusto de sus fieles seguidores, la calidad mostrada en el piloto no hace que los pronósticos sean más optimistas. De toda manera, al tratarse de una serie diaria también necesitará y es justo concederle un tiempo de adaptación (no sé si tanto como los cien días de gracia de Roosevelt, eso sí) para ver cómo evolucionan la trama principal y las secundarias.
Y por último, hay que admitir que ver a Lydia Bosch interpretando a una mujer empoderada y con una venganza de por medio siempre tiene su aquel. Por los viejos tiempos, Natalia Nadal.