Después de varias semanas de promoción e incertidumbre sobre su fecha de estreno, Netflix finalmente desvelaba que su nueva serie original española, ‘Bienvenidos a Edén’, vería la luz el próximo viernes 6 de mayo.
Producida por Brutal Media, el elenco principal lo componen nombres como Amaia Salamanca, Amaia Aberasturi, Berta Castañé, Lola Rodríguez, Belinda, Albert Baró, Guillermo Pfening, Sergio Momo, Begoña Vargas o Berta Vázquez, entre otros. Se trata de una creación de Joaquín Górriz y Guillermo López, con la producción ejecutiva de Raimon Masllorens y la dirección de Daniel Benmayor y Menna Fité.
El punto de partida tiene lugar cuando Zoa (Amaia Aberasturi) y otras cuatro personas, con gran actividad en redes sociales, reciben una invitación para asistir a una fiesta en una isla secreta que organiza una marca de bebida llamada Blue Edén. Los que aceptan esta misteriosa invitación comienzan una aventura excitante que les cambiará las vidas. Aunque, poco a poco, también descubrirán que el paraíso no es lo que parece.
El perfil de estos cinco jóvenes que desembarcarán en la misteriosa isla tiene sus similitudes y sus diferencias, pero todos comparten rasgos comunes, como la necesidad de encontrarse a sí mismos; por el contrario, algunos tienen también una excesiva capacidad de dejarse influenciar, hasta que empiecen a darse cuenta de que algo extraño está sucediendo en esa misteriosa isla.
La presentación de la trama de la serie, con la espectacular llegada a la isla, es realmente muy acertada. Narrada con un lenguaje y unos códigos muy efectivos, invita desde el primer momento al espectador a sumarse a esa realidad colorida y enigmática. Con el paso de los capítulos, la trama empieza a volverse cada vez más y más turbia, especialmente a partir del tercer episodio, donde los espectadores empezarán a ser conscientes de los peligros que acechan a sus protagonistas.
Un reparto coral
Una de las grandes características de ‘Bienvenidos a Edén’ es su coralidad, con un amplio abanico de personajes con su propia historia de vida. El aura de comuna hippy o incluso de secta que impregna la comunidad que lidera Àstrid (Amaia Salamanca) también va en beneficio de esa coralidad, y permite disfrutar de muchas escenas con todos los personajes reunidos, a partir de las cuales podremos ir conociéndolos mejor.
En lo que respecta al tono de la serie, a los espectadores más seriéfilos les vendrá a la mente otras ficciones con una temática similar. Hay algo de ‘El juego del calamar’ en ese enigmático comienzo con una misteriosa invitación (en esta ocasión, vía teléfono móvil). Pero son más palpables -en algunas escenas en concreto- las similitudes con ‘Nine perfect strangers’, la miniserie protagonizada por Nicole Kidman, basada en la novela homónima de Liane Moriarty.
La duración de los episodios gira en torno a los 35-40 minutos, algo que se agradece y es absolutamente imprescindible para que la trama transcurra con ligereza. Además, este factor lo convierte en un producto mucho más “maratoneable”, que, al fin y al cabo, no nos engañemos, es el principal objetivo de Netflix, siguiendo su tendencia de producir series como si de una fábrica de churros se tratara.
La serie también entra por los ojos, con unas localizaciones espectaculares de la misteriosa isla -a vista de pájaro- que invitan a querer acompañar a los personajes. Además, la otra parte de la trama, que protagoniza la familia de Zoa, y más concretamente su hermana Gavy (Berta Castañé), transcurre principalmente en Barcelona y también en otros lugares como San Sebastián.
En cuanto al reparto, se agradece la apuesta por nuevos rostros jóvenes desconocidos para el gran público. Sobresale una Amaia Salamanca que borda su enigmático e inquietante personaje. La serie cuenta con la colaboración especial de Blanca Romero y Ana Wagener, y también con la participación de Ana Mena y Maravilla Alonso. Hay actuaciones mejorables (demasiadas escenas dobladas que resultan algo artificiales) y algunos diálogos que patinan. Sin embargo, en este apartado hay que poner en valor que la serie cuente con la participación de Carlos Soroa, actor sordomudo, de forma que se da representación a la lengua de signos y con ello también se apuesta por la inclusividad de este colectivo.
En conclusión, ‘Bienvenidos a Edén’ tiene todos los ingredientes necesarios para lograr un recibimiento más que notable en su estreno. Por el espectro de público al que va dirigido, pero también por saber contar una historia entretenida y que invita al espectador a querer seguir viéndola. Poco más se le puede pedir a Netflix, a quien cada vez le bajamos más el listón de exigencia. Pese a que se sigue acercando mucho más a la serie comercial más que a la serie de culto, por lo menos supone un notable salto de calidad respecto a las últimas ficciones españolas estrenadas, como ‘Feria’ y la desastrosa ‘Érase una vez… pero ya no’. Esperemos que sigan por este camino.