Ana Allen, Cristina Alcázar, Alba Flores… la lista de actrices que han participado en ‘Cuéntame cómo pasó’ para hacer de pareja de Toni Alcántara es, cuanto menos, larga, pero la que ha permanecido en el tiempo, tras un conato de divorcio, es Paloma Bloyd con el papel de Deborah Stern.
Curiosamente, su personaje en ‘Cuéntame’, una mujer informática adelantada a su tiempo, le recuerda a su propia madre: “En la época todavía franquista se consiguió una beca para poder estudiar en Los Ángeles, que es donde conoció a mi padre, luego volvió aquí, no quiso quedarse en casa, conciliaba como podía... Ahí está un gran superpoder.”
En esta última tanda de capítulos, Deborah se afilia al Partido Popular tras la victoria de Jose María Aznar en 1996 e Internet llega a la vida de los Alcántara a través de su personaje. “Respecto a eso de la muerte de la televisión con Internet, vamos a ver esa metáfora y esa realidad en esta última temporada”, afirma en una entrevista con TVienes.
Cómo actriz, ¿qué has sentido al tener la oportunidad de convertirte en un personaje principal de esta serie?
Ha sido muy bonito. En mi vida profesional nunca había tenido la oportunidad de hacer un personaje durante tanto tiempo ni de ver cómo se vive como actriz el cómo tu personaje se va desarrollando a medida que van escribiendo. No sabes adónde va a tirar y tienes que saber moldearte. A veces, sí que intentas luchar por algo y dices “no, creo que mi personaje no hubiese dicho esto”... Ha sido muy interesante.
Si en siete años ha sido así, no me quiero imaginar Pablo, que han sido 22. Nunca sabes con qué te vas a encontrar cuando te llegan los capítulos. ¿Y ahora esta tía por dónde tira? Políticamente, era muy ambiguo de qué lado cojeaba Deborah y en esta última temporada lo vamos a ver.
¿Te confunden por la calle con los personajes?
A mí me ha pasado que me decían: “Jo, ya te vale, tienes que volver con Toni”. Y yo decía: “¡Pero si me ha puesto los cuernos!” (Risas)
¿Veremos en esta temporada final algún suceso histórico a través de los ojos de Deborah?
Sí, mi personaje entra en este cambio social y político que vivió nuestro país de Felipe González a Aznar… Sin hacer ningún spoiler más, me ha tocado tener un poquito de trama en ese sentido. Siento que es un honor tener un personaje femenino que toque este tema.
¿Qué tramas han tenido otros compañeros en las que te hubiera gustado participar?
Nunca he tenido esa sensación de quedarme fuera de una trama. Creo que mi personaje ha estado para aportar en esos momentos en los que era necesario contar desde el prisma de una mujer, una mujer extranjera o desde una mujer que intenta conciliar el trabajo con la maternidad o con estos conflictos de pareja que hemos tenido.
He podido participar en momentos muy corales con la familia. Por ejemplo, en las paellas que son divertidas de grabar para nosotros. No tanto para el equipo porque se hacen muy largas, nos comemos mucha paella (risas).
¿Te has llevado algún objeto o algo de recuerdo de esta serie?
Yo me llevé la tarjeta de afiliación del partido al que se hace Déborah, que no voy a desvelar cuál es. Era muy guay, con la carta, la fecha... El equipo de arte y atrezzo se lo curra muchísimo y parece de verdad. También el cartelito del camerino que ponía Paloma Bloyd y ‘Cuéntame’, una foto de familia, nuestra primera foto juntos... Me llevé unas cuántas cosas para el recuerdo.
¿Has visto el resultado de la temporada?
Solo el primer capítulo. Fue maravilloso porque pudimos verlo en el Festival de Cine de San Sebastián, fue el estreno y con público que se compró su entrada para poder verla. Poder escuchar las reacciones del espectador en directo, y ver lo mucho que se reían y cómo entraban en las tramas es un regalo.
¿Qué es lo que más vas a echar de menos de ‘Cuéntame cómo pasó’?
Hay una coletilla que se dice mucho en el rodaje y lo dice absolutamente todo el equipo en todo momento cuando sucede algo bueno. El equipo siempre dice: “¡Olé!”. Tú puedes estar por los pasillos caminando y oyes de fondo: “¡Olé!”. Entras a un sitio y “¡olé!”. Ahora cuando escucho a alguien decir “olé” es el equipo de ‘Cuéntame’.
¿Cómo viviste el momento de la muerte de Herminia?
Para mí, el reto interpretativo en ese momento, porque daba mucha sensación ver el suelo con el agujero, con el ataúd, con la foto de María Galiana... Solo hacía falta soplar y te derrumbas por ver algo visualmente tan impactante. Tanto por María Galiana, como por mi propia abuela, como por mi conexión con la muerte... Y yo decía: “Es que mi personaje no puede estar tan sumamente desconsolada”, entonces el trabajo era más cortarte.
‘Cuéntame’ acabará en 2001, el año en el que se estrenó. ¿Habrá algún tipo de guiño u homenaje a la propia serie?
No queremos hacer spoilers, es muy importante que lo descubráis vosotros porque, además, os va a emocionar mucho. Esta serie siempre ha tenido un punto 'meta' Todo el mundo quiere saber, tanto espectadores fieles como espectadores que llevan años sin ver la serie, cómo va a terminar ‘Cuéntame’.
La televisión lineal se encuentra en unos niveles de consumo un poco complicados, ¿crees que estamos asistiendo a un punto de inflexión en el medio?
Respecto a eso de la muerte de la televisión con Internet, vamos a ver esa metáfora y esa realidad en esta última temporada también. Vamos a ver esa foto de familia de ‘Cuéntame cómo pasó’ de todos alrededor de la televisión, en este final vamos a ver el nacimiento de Internet.
En el caso de Déborah, trae Internet a un lugar muy representativo de nuestro país y tenemos escenas muy graciosas con Antonio Alcántara farfullando con las redes de aquel entonces.
¿Crees que el personaje de Déborah representa a la mujer empoderada, adelantada a su época y que rompía muchos clichés?
Se procura contar con todas las mujeres de la serie. Para que las mujeres de hoy en día vean de dónde venimos y hacia donde irán. Mi madre era así. En la época todavía franquista se consiguió una beca para poder estudiar en Los Ángeles, que es donde conoció a mi padre, luego volvió aquí, no quiso quedarse en casa, conciliaba como podía... Ahí está un gran superpoder.