Sin bombas, botes millonarios ni preguntas imposibles, ‘Atrápame si puedes’ se ha consolidado como uno de los concursos de mayor éxito en las cadenas autonómicas de España. Una de sus adaptaciones “más jóvenes” es la de Andalucía, que cumple esta semana dos años en la programación de Canal Sur. Para celebrarlo, el programa vuelve a invitar a seis de los concursantes que se quedaron a una sola pregunta de llevarse el ansiado bote del formato, que roza los 100.000 euros.
Entrevistamos a su presentador, Manolo Sarria, en el plató del programa, mismo estudio donde se grababa el conocido ‘Menuda Noche’ de Juan y Medio. Nos recibe amablemente en su camerino para realizar la entrevista y, después, charla distendidamente con todo el equipo del programa y concursantes, corrige con un compañero algunas preguntas del guion y comienza la grabación.
El humorista malagueño ahora compite contra ‘El Hormiguero’, al emitirse su concurso en la misma franja que el programa de Pablo Motos, y confiesa que hay “pique” entre los dos por los datos de audiencia: “Le digo: te estoy quitando espectadores cada minuto, que lo sepas, te voy a hundir el programa por no llevarme más, se mea de risa”.
Anteriormente, ya presentó el concurso ‘Taxi’, del que opina que es un concurso “muy recuperable” y del que guarda buenos recuerdos por su imprevisibilidad. Por el 50 aniversario del estreno del ‘Un, dos, tres…’, cree que tendría cabida en la televisión actual: “Es el mejor programa que se ha hecho en la historia de la televisión”.
¿Cuál es el secreto del fenómeno ‘Atrápame si puedes’ ?
El concurso funciona muy bien porque gusta al público y gusta porque hacemos preguntas que el espectador entiende. Si hiciéramos unas preguntas súper difíciles, la gente que está en casa diría: “paso de estar aquí”. Otros programas de otras cadenas los ves y dices: “no hay forma de responder las preguntas”. El espectador que está en casa ve que entiende el programa y que aprende viéndolo. Hay algunas preguntas que las sabes pero las tienes olvidadas y refrescas la memoria. También tocamos todos los puntos de Andalucía.
Yo en mis 44 años de profesión he tenido la oportunidad de estar en prácticamente todos los pueblos de Andalucía y cuando sale a relucir alguno en el programa, siempre me acuerdo de algo de allí e invito a la gente a que vayan a visitarlos. También meto algo de humor al concurso para que los participantes se vengan arriba. Todo es muy divertido, pasamos un buen momento en televisión sin meternos con nadie en un programa totalmente blanco.
Aunque la dificultad de las preguntas sí que aumenta en la prueba final del bote del programa…
Claro, pero no lo hacemos para que los concursantes no se lo lleven. El bote es el bote. Las demás preguntas son asequibles pero, evidentemente, si te vas a llevar 100.000 euros tienes que dar “un pasito hacia delante”. No te podemos regalar un bote con una pregunta de la primera o segunda fase, la dificultad va avanzando en cada fase del programa.
¿Qué harías con los casi 100.000 euros que tenéis de bote?
Aquí vienen muchos estudiantes, opositores, trabajadores… Si de pronto te llevas 100.000 euros, te salva un montón de años de trabajo. En mi caso, yo lo utilizaría en ayudar, dar un empujoncito más a mis hijos y después posiblemente haría algún viaje corto. No lo gastaría en cosas extravagantes. También tengo una asociación de niños con síndrome de Down, al que doné el premio íntegro cuando gané ‘Mira quien baila’, que posiblemente también se llevaría una parte.
¿Cómo te llega la propuesta de presentar el programa, que ya venía siendo un éxito en otras comunidades autónomas? ¿Conocías previamente el programa?
No conocía el programa. Posiblemente me llega la propuesta porque ya había presentado varios programas en Canal Sur, uno de ellos era el ‘Taxi’, que no sé cómo no ha vuelto con lo divertido que era. Ya no digo conmigo, con cualquier presentador, pero es un programa muy recuperable.
Al ‘Taxi’ le di el toque mío especial. Nos inventamos lo de la “fanfarria” con las luces del taxi, que se “montaba el taco” y la gente estaba loca por entrar allí. Empezábamos a reírnos y aquello era muy divertido. Pasa lo mismo en este concurso, nada más que salen los concursantes yo trato que todo sea muy divertido, de darle mi sello y creo que por ahí pueden venir los tiros. La productora me llamó, me ofreció el formato y dije que me interesaba. Además, en una época en la que estaba todo muy parado al principio del Covid. Me interesó porque era un formato muy bonito.
¿Qué otras anécdotas recuerdas del ‘Taxi’?
Al principio, la gente entraba en el ‘Taxi’ y algunos no querían participar y se bajaban. A lo mejor pasaba una jornada completa y solo grabábamos una participación. Eso no podía ser económicamente, así que lo que hacíamos era que la gente llamaba para concursar, no había un casting como tal, y los íbamos recogiendo. Era todo muy improvisado. De hecho, yo no conocía las preguntas ni las iba leyendo, me las iban dictando por un pinganillo.
Una anécdota fue que el Comandante Lara, cuando nadie le conocía, le cogimos en Jerez y concursó con dos chicos. Otro día con unos concursantes vi a David de María por la calle, paré el taxi, le saludé y le propuse concursar. Terminamos con los participantes y le metimos a concursar. Una vez en Cádiz participó un grupo de carnaval y todas las preguntas que hacía, las respuestas eran estribillos de carnaval, fue súper divertido. Y otra vez, los concursantes eran tres músicos, se subieron al taxi y cada vez que acertaban empezaban a cantar con la guitarra: “Manolo Sarria, Manolo Sarria, tócame, tócame la fanfarria” (risas).
¿Te gusta más el plató estático o el “móvil” del ‘Taxi’?
Son dos conceptos diferentes. En el que vas por la calle es otro rollo, es muy imprevisto y te divertías mucho. En ‘Taxi’, a veces el coche de producción que iba delante de nosotros salía, yo me quedaba detrás, no sabía dónde estaba y el concursante se meaba de la risa. Aquí está todo más programado.
Cuando un concurso va bien, se sabe cuando empieza pero no cuando acaba…
Yo como dice el Cholo Simeone: “partido a partido”. En televisión no puedes hacer otra cosa, hay muchas opciones. Mañana el público, por la circunstancia que sea, deja de verte y hay que quitar el programa. Por ejemplo, ‘El Hormiguero’, en el que he estado 5 años, son cada noche entre dos millones y medio y tres millones de personas y lleva ahí 15 temporadas. No se sabe, a lo mejor un día determinado la cadena dice “mira ya no me gusta como presentas” y me tendré que ir. Cuando la cadena lo decida, me sustituirá por otro o eliminará el programa. Yo estaré aquí hasta que aguante.
Ahora compites contra ‘El Hormiguero’ desde Canal Sur, ¿hay "pique" con Pablo Motos por ver quién hace mejores datos?
Sí, hablo con él y le digo: “te estoy quitando espectadores cada minuto, que lo sepas, te voy a hundir el programa por no llevarme más”, se mea de risa, es buen amigo. Con ‘El Hormiguero’ no se puede competir, tiene un público fijo como el nuestro. De hecho, cuando hay partidos de fútbol internacional bajamos prácticamente la misma audiencia. Andamos en el 13%-14%, incluso un 16% que es una barbaridad y a lo mejor bajamos un punto o punto y medio. Y si bajamos a un 9% es por el fútbol o ahora con el inicio de ‘MasterChef’ y ‘Supervivientes’.
Pablo Motos ha protagonizado algunas polémicas por el acento andaluz, una de ellas contigo.
Eso estaba más que previsto. Él me decía: “yo te voy a decir que hables con las eses, me voy a meter contigo y tú te metes conmigo diciéndome que soy muy bajito”. De pronto apareció en todos los medios “Pablo Motos obliga a Manolo Sarria…” Era un sketch que se sacó de contexto totalmente y algunos políticos lo cogieron para herir. Si a mí Pablo Motos me obliga a no hablar en andaluz, automáticamente me voy del programa.
Yo soy defensor acérrimo del habla y cultura andaluza. No hablo en un andaluz cerrado para que no se me entienda. Lo mismo que el catalán habla catalán y se le entiende, como le pasa a Buenafuente que se le escapan los acentos y tonos catalanes o a los gallegos y no pasa nada. Aquí parece que si hablamos en andaluz somos los peores del mundo.
¿Cómo fue ponerse en el papel de los concursantes en la versión 'Celebrity' del programa?
Muy bien, además ese día pude haber ganado yo. Llegamos a la semifinal y perdimos por una pregunta que era: “¿De qué color son los caramelos típicos de Madrid?” Son unos caramelos lilas que cada vez que voy a Madrid tengo que traer una bolsita porque a mí mujer le encantan y sé del color que son pero al darle al botón me equivoqué, yo que soy el presentador del programa en Andalucía, y perdimos. Después me quedé viendo la final y acerté todas las preguntas de los dos concursantes. Fue divertido pero nada, fuese quien fuese el que ganara, era para entregar el premio a una ONG. Además, Jaime Cantizano lo hace estupendamente.
Allí no tuviste que pasar por los castings que tienen que grabar los concursantes…
Yo haría algún chistecillo o cantaría, ya que no sé. Haría alguna coña de ese tipo. De hecho allí nos pidieron que contáramos un chiste, los otros no eran humoristas y tuve que decir un chiste a cada uno. Fue divertido ya que una de las compañeras no sabía contar el chiste y se equivocaba continuamente.
Si tuvieras que hacer tu propio ‘Atrápame Celebrity’, ¿a qué famosos invitarías?
A Salva Reina, por ejemplo. También llevaría a Ángel Garó para dar un contraste con Salva. A Dani Rovira… Hay gente que son súper divertidos para traerlos al programa. Llevaría a gente del humor.
Profesional y personalmente, ¿qué supone presentar un programa de éxito?
La estima de llevar un programa que, en parte, has puesto tu granito de arena para que funcione. La gente en la calle te lo dice. Había una señora mayor que el otro día me decía: “En mi casa lo vemos todos los días. Mi marido me avisa y me dice: Paqui corre que va a empezar el de la escalera” (risas).
Yo soy un personaje que siempre he sido muy cercano al pueblo. Mi humor te puede gustar o no pero siempre he procurado hacer un humor entendible, no como otros humoristas, que es respetable totalmente, que luego tienes pensar “a ver qué es lo que me ha querido decir”. Si yo hacía humor para un público que en su momento tenía 30 años, ahora tiene 70. Tu también tienes que hacer un humor para ese tipo de público. Hay que hacer humor para todos los públicos, no solo para la gente joven.
¿Qué otros programas sigues?
En televisión, los informativos no los veo, no me interesan. Tú ves la misma noticia en tres televisiones y cada una interpreta la noticia de forma diferente, a mí eso no me vale. A mi me sirve lo que yo pueda observar bajo mi punto de vista, sobre todo a nivel político. No me voy a dejar guiar por una cadena. ‘El Hormiguero’, como coincide con el mío, lo veo de vez en cuando pero tampoco soy muy fijo de un programa. Lo que sí hago es leer bastante prensa.
Ahora que se han cumplido 50 años del estreno del ‘Un, dos, tres…’, ¿crees que tendría cabida en la televisión actual?
Totalmente. El ‘Un, dos, tres…’ es el mejor programa que se ha hecho en la historia de la televisión, era diversión desde el minuto uno. Estaba muy bien realizado, dirigido por Chicho Ibáñez Serrador y con mucha calidad con los colaboradores de primera línea que tenía. Actores, actrices, humoristas, azafatas… Y las tres partes que tenía el programa, sobre todo la primera de apertura que era un número musical.
Yo recuerdo un programa sobre Allan Poe, sobre su escritura lúgubre y como hicieron un cementerio en plató, con las lápidas, el musgo… Un atrezzo impresionante. Era bonito verlo y además se grababa en formato de cine. Estar en un programa del ‘Un, dos, tres…’ es un master que no está pagado. Aprendí a trabajar, a respetar, a interpretar… Todo allí con Chicho.
¿Qué ha supuesto la pérdida de Tomás Summers para la televisión?
Es otro personaje que desgraciadamente ya no está con nosotros, que era creador de muchos formatos, sobre todo de humor. Se ha ido una celebridad del mundo del humor, un creador y una persona muy muy importante que va a ser difícil, por no decir imposible, sustituir.