‘Salvados’ se adentra este domingo 5 de noviembre en la Legión para conocer qué pasó con Alejandro Jiménez, un joven que murió durante unas maniobras en 2019. El legionario murió por el impacto de una bala durante dichas maniobras. La versión oficial, sostenida por toda la compañía a la que pertenecía el fallecido, era que la causa fue el rebote de una bala, un desafortunado accidente.
Sin embargo, ese relato no se ajustaba a lo que declara uno de los testigos, el también legionario Fran Jordi. Compañero del fallecido y presente en esas maniobras, Fran decidió contar su versión a la Guardia Civil. En 'Salvados' rompe su silencio en televisión.
Fran recuerda todo lo que ocurrió el día de las maniobras, como los mandos cambiaron el ejercicio una vez cumplido el objetivo inicial, y como vieron caer a su compañero Alejandro, alcanzado por un disparo en el pecho. Así lo afirma Fran en la entrevista, en la que aporta su versión de cómo murió Alejandro. Una versión que dista mucho de la oficial.
Según Fran, las irregularidades empezaron poco después, cuando los mandos les ordenaron recoger los casquillos de bala, alterando el escenario de lo que podía ser un crimen y dieron instrucciones sobre lo que había que declarar ante la Guardia Civil. Fran afirma que les ordenaron mentir sobre sus posiciones reales en el momento del disparo. Y con ello traicionaban el juramento de compañerismo que siguen como si fuese una religión todos los legionarios.
Fran asegura que decidió no mentir, seguir sus principios y permitir que la familia del fallecido conociese la verdad. Informó a la Guardia Civil, que ya sospechaba de que algo no encajaba, de que los mandos y la compañía intentaban esconder algo. “Allí empezó mi calvario”, asegura.
Decir la verdad se convirtió en una pesadilla
Cuando sus compañeros y superiores supieron lo que había contado, empezaron los insultos, el acoso y las amenazas de los que hasta entonces se decían sus hermanos legionarios. Se dio la paradoja de que el único soldado que hizo lo que se espera de un servidor público, fue el que vio más afectada su carrera militar. Fran asegura que vivió “una auténtica pesadilla”.
Gonzo habla también con Juanjo Jiménez, padre del legionario fallecido. Él sirvió doce años en el Ejército del Aire y creyó la versión oficial. Hasta que, cuatro meses después, la Guardia Civil le informó de que su hijo no había muerto por una bala rebotada: Alejandro murió a consecuencia de un disparo efectuado por su sargento que disparó imprudentemente y le alcanzó de lleno en el pecho.
El abogado Alberto Escudier representó a Fran Jordi en el juicio, en el que era acusación particular. Recuerda ante Gonzo la altivez y la condescendencia con la que los legionarios imputados declararon. La sentencia declara probados los hechos: el legionario Alejandro Jiménez murió por el disparo de su sargento. Sin embargo, las penas impuestas fueron bajas: todas las partes recurrieron y están pendientes de lo que falle el Tribunal Supremo.