Empieza por R: nombre del único concursante de ‘Pasapalabra’ que ha sido capaz de completar el famoso Rosco del tirón, llevándose el bote más alto del programa y haciendo historia en televisión (léase con voz de Roberto Leal).
La hazaña de Rafa Castaño se convierte en la entrega del bote más visto del concurso promediando unos 4.578.000 espectadores y un 37,4% de share y muy cerca del "no bote" de Pablo Díaz de febrero de 2021, al que superó en cuota (31,8%) pero no en espectadores (4.844.000) al emitirse en franjas horarias distintas. Un final que también supuso el cierre a su pugna con Orestes, un duelo sano con el burgalés que se remonta a agosto de 2019 en Telecinco, que se paralizó por el pleito de los derechos del Rosco de ‘Pasapalabra’ y que ahora culmina casi cuatro años después en otra cadena.
Castaño atiende a los medios después de su victoria y recuerda como la Audiencia de Barcelona volvía poner en peligro su participación en el concurso tras una sentencia condenatoria a Atresmedia por —otra vez— los derechos del rosco. “No por Dios, otra vez no. Somos gafes Orestes y yo”, recuerda entre risas el sevillano.
Llegas al Rosco con seguridad después de ganar en varias pruebas, ¿pensabas que ese podía ser el día?
No, para nada. Había tenido otros momentos en los que sacaba bastantes segundos a Orestes y luego me ganaba él. Los segundos te permiten empezar y jugar con tranquilidad. Es verdad que en las últimas semanas los conceptos más difíciles del Rosco parecían ser un poquito más asequibles, en ese sentido yo quería empezar.
Había muchos programas en los que nos quedábamos solo a una pregunta, hacíamos más de 20 respuestas seguidas… No pensaba en hacerlo del tirón, pero sabía que era algo que podía ocurrir (que uno de los dos se llevase el bote), entonces no quería que fuese Orestes el que lo hiciera. En ese sentido sí que me alegré de sacar más segundos que él pero jamás pensé que fuese ese el día, simplemente pensaba “voy a hacerlo lo mejor que pueda”.
¿Cómo recuerdas ir haciendo ‘El Rosco’ e ir pregunta a pregunta respondiendo correctamente y sin decir “Pasapalabra”?
No sé si se notó pero cuando dije la tercera palabra difícil me pongo un poquito en tensión porque pienso “vale, queda solo una complicada, ya hemos estado aquí y no te la has sabido”. Vas pasando letras, llegas a la i griega ves que es normal y digo “espérate, es que es la letra zeta, estáte atento”. Era una sensación muy muy rara pero no quería perder la concentración y por el exceso de emoción equivocarme. Aunque la dije con bastante convencimiento, hasta que Roberto no dijo “sí” no pensé “por fin”.
¿Qué pasó por tu cabeza en ese momento?
Yo creo que lo que más estaba pasando por mi cabeza era Orestes. Y que parte de las razones por las que no me puse eufórico era que no me salía delante de alguien que se merecía el bote igual que yo. Sabía que era un mal trago para él. Cuando se acercó a mí, le abracé y le dije “lo siento tío, tú también te lo mereces, te llegará tu momento”. No asimilaba que me había llevado el bote, asimilé el confeti y a Bárbara Rey que vino a decirme “te lo dije, yo doy suerte a la gente”.
¿Has recibido alguna felicitación del equipo de la anterior etapa del concurso en Telecinco?
Si te soy sincero, no lo sé. Me han escrito tanta gente que ni siquiera he mirado todos los mensajes. Me escribió la familia, grupos que tenemos, amigos muy cercanos pero claro es que tengo como 115 chats, no tengo ni idea y a lo mejor me han escrito. También, gran parte del equipo que estaba en Telecinco trabaja ahora en el programa en Antena 3 y te felicitan en el momento de grabarlo. Y como estamos en campaña, he visto que tanto el alcalde de Sevilla como el candidato del PP me han felicitado.
En noviembre de 2022 una sentencia de la Audiencia de Barcelona parecía que volvía a poner en jaque vuestra participación en el concurso, ¿temías que se volviese a repetir la misma historia?
Lo primero que pensé fue “no por Dios, otra vez no. Somos gafes Orestes y yo” (risas). Luego el propio equipo del programa nos tranquilizó y nos dijeron que esto era un proceso que, igual que pasó en Telecinco, durará años en resolverse. Todos sabemos que por mucho que se pronuncie un tribunal, hay muchos escalones hasta llegar al Supremo que es el que pronuncia la última palabra.
Sí es verdad que pensaba que esta participación en el concurso podía ser mi última bala, ya que si volvía a ‘Pasapalabra’ iba a ser dentro de muchos años y a lo mejor se acercaba al “sí o no” del Supremo. Por eso que quería aprovechar esta oportunidad.
Si no hubieras ganado el bote, ¿hubieras sentido que has perdido todo el tiempo que has invertido estudiando?
No, para nada. A fin de cuentas, me hubiera llevado mi dinero acumulado. El estudio hubiera servido para algo. Me hubiera sentido como creo que se ha sentido Orestes: triste y contento por el otro. Porque al final ha sido una rivalidad sana. A nadie le gusta no llevárselo y somos lo suficientemente compañeros y elegantes para reconocer que ambos lo merecíamos y que tenía que tocarle a alguno.
Sabiendo como es tu difícil relación con la fama, ¿cómo viviste tu paso por ‘El Hormiguero’?
Tú te apuntas a un concurso y no a una cadena pero al final esta era consciente de que tanto Orestes como yo éramos un duelo muy jugoso y que daba mucha audiencia, e insistieron lo suficiente como para que fuera al programa. Por mi parte, yo prefiero tener un perfil bajo pero hay que aceptar que a cambio de una cosa tienes que pasar por otra.
Ahora que has conseguido tu meta, ¿sientes un “vacío”?
Al día siguiente a llevarme el bote, me levanto y lo primero que hago es estudiar. Me tengo que decir “no, que ya no hace falta” (risas). Porque el último año de mi vida en mis ratos libres era lo que hacía y de repente dices “bueno, ahora qué hago”. Esa tarde ví dos capítulos de una serie y dije: “Uf, qué maravilla, volvemos a la tranquilidad, a poder dedicarnos tiempo a nosotros mismos”.
Cuando llegué a 100 programas en ‘Saber y Ganar’ también sentí un vacío. Yo creo que le pasa a cualquiera que se propone un reto y lo consigue. Sientes satisfacción pero no sabes qué va a venir después. En ese sentido, me lo quiero tomar con perspectiva, el dinero me permite sentarme y dejar que la vida me vaya trayendo cosas. No sé lo que haré pero sobre todo disfrutaré. Leeré mucho, veré películas... Volveré un poco a esa vida de estudiante que tanto echaba de menos.