Lydia Lozano se ha convertido en una de las grandes protagonistas de '¡Sálvese quién pueda!' en Netflix. Tras su cancelación en Telecinco, ocho colaboradores de 'Sálvame' han viajado a Miami para buscar nuevas oportunidades laborales. Belén Esteban, Terelu Campos, Kiko Matamoros, Lydia Lozano, Chelo García Cortés, Víctor Sandoval, Kiko Hernández y María Patiño se han paseado por algunos de los platós de televisión más conocidos de Miami.
Todos menos Lydia Lozano y es que ha sido la única que no ha sido recibida en ningún plató de televisión. Nadie ha querido contar con ella como "panelista". "Lydia es una periodista reputada, mejor dicho, repudiada y ningún programa quiere que estés en sus filas: 'Siéntese quien pueda' no cuenta contigo", le decía Laura Zapata, actriz mexicana que les recibe en Miami.
"Hemos danzado por varios programas y cuando decimos tu nombre dicen que no", añadía. "No pasa nada, probaré en México", respondía ella. Es entonces cuando '¡Salvase quién pueda!' recuerda algunos gazapos de Lydia Lozano, como el mítico "ha muerto esta mañana Manzanares".
En el segundo día, David Valldeperas entra en escena para intentar buscar un programa para Lydia Lozano. "Estamos preocupados porque no tenemos ningún programa de televisión aún para Lydia. Lo único que se nos ocurre es hablar con tres comunicadores muy importantes en Latinoamérica para que intenten mover sus hilos y consigan colar a Lydia", les explicaba a los colaboradores.
De este modo, todos se reúnen con estos tres comunicadores, que han humillado a Lydia Lozano. Se trata de Andrés Hurtado, Javier Ceriani y Carolina Sanvodal conocida como La Venenosa, que apareció en 'Cuentos Chinos' de Jorge Javier.
"Hemos venido porque la credibilidad que tienes en Miami está en entredicho", le decía la venenosa. Lydia Lozano repasaba sus exclusivas, como el embarazo de Belén Esteban, Laura Matamoros o Elena Furiase. "Lydia, tienes cero credibilidad, ya hablaste lo bonito, pero quiero que me digas el torrente de cagadas, puedes usar un rollo de papel higiénico, porque revivís los muertos, afirmáis mentiras, dividís España"; le atacaba Javier Ceriani.
En ese momento, Belén Esteban era de las pocas que se levantaba para defender a Lydia Lozano, así como María Patiño y Terelu. Era entonces cuando Ceriani estallaba contra todos: "Ustedes son unos muppets y aquí no les necesitamos". "No sentís que ya estás desfasada, que eres un mueble vintage para el futuro del periodismo, porque te he visto llorar en 'Sálvame' y eres pésima actriz", añadía el colaborador en Miami.
Además, Andrés Hurtado no dudaba en decirle a Lydia Lozano que se tiene que retirar. Es entonces cuando Lydia Lozano se levantaba llorando y salía corriendo: "Yo estoy no lo aguanto, mañana me voy a España, me pago la vuelta pero me voy a España". "Me ha sentado mal todo, os estáis cargando mi carrera y ya lo he aguantado 14 años", chillaba contra Valldeperas, diciendo que "esto no es 'Sálvame'".
"¿Cuatro mamarrachos van a hablar de mi carrera? ¿Qué querías que montase un número ahí? Pues no, porque llevo 14 años sufriendo lo mismo", añadía entre lágrimas. Finalmente, María Patiño salía para apoyar a su compañera y añadía que ella también se iría a España con ella. "Ha sido muy duro, lo pienso y digo: dios mío, acabo de vivir lo mismo que he vivido durante años y me siento muy mal", decía Lozano.
"Lamento el show que hiciste, Carmen Maura, la manipulación que hiciste, como todos estos años has hecho. Me deja a mí como un judas y desalmado, pero me chupa un huevo. A veces hay que saber decir hasta aquí", seguía dándole caña Javier Ceriani.
"No me vas a decir lo que tengo que decir con mi vida porque en este país tienes fecha de vencimiento, como un yogur. No puedo levantar el teléfono para recomendarte", le respondía Lydia Lozano. En cambio, los otros dos colaboradores le daban su apoyo.
Finalmente, '¡Sálvese quién pueda!' llevaba a Lydia a un programa, pero no al que esperaba. La colaboradora llegaba a una iglesia donde un sacerdote retransmite por redes sociales curaciones de Dios. La propia Lydia Lozano se quedaba estupefacta ante la situación, mientras que el resto de compañeros se reían mientras lo veían desde el hotel.